A la hora de evaluar una inversión y decidir si llevarla a cabo o no, se pueden usar diferentes criterios, entre ellos el cálculo de la rentabilidad media o tasa interna de retorno (TIR).
Para decidir llevar a cabo un proyecto o inversión, la tasa interna de retorno o TIR debe ser superior a la rentabilidad mínima esperada por el promotor del proyecto. A su vez, dicha rentabilidad debe superar siempre la tasa libre de riesgo.
A continuación, te voy a comentar qué es la TIR, cómo interpretarla, y diferentes elementos sobre su rentabilidad.
Para qué sirve la TIR
La TIR o tasa interna de retorno es un criterio que permite tomar decisiones de inversión, además de poder comparar entre diversas inversiones. Otros criterios existentes son el plazo de recuperación o payback, o el valor actual neto, VAN.
El resultado que arroja la TIR es la tasa de interés compuesto media de todo el proyecto durante todo su periodo.
Como indicaba, la TIR se usa para valorar inversiones y tomar decisiones de inversión.
Lo principal, sirve para preseleccionar inversiones, es decir, analizar una inversión y ver si su rentabilidad es la adecuada o no. Aquellos proyectos que no superen el umbral serán descartados.
Por otro lado, debido a la existencia de limitaciones, sobre todo monetarias, en el caso de que se deba elegir entre varios proyectos, este criterio permite comparar entre ellos y decidir cuál es el que arroja una mayor rentabilidad.
En definitiva, la TIR es una herramienta útil para aquellos que toman decisiones de inversión.
Qué es una TIR aceptable
Una vez que calculamos la TIR de un proyecto, obtenemos algo así como que es el 5,7%, o el 17,54%, o el 103,28%.
Pero claro, esto solo son números que no dicen nada, y por ello debemos saber si el TIR es bueno o malo, y para ello antes se debe establecer un umbral, que lo marca el inversor.
Es decir, para saber si la TIR es aceptable, debemos compararla con otro dato, y ese dato lo marca quién vaya a invertir, bien sea una persona particular, una empresa, un gestor, etc.
Dentro de las inversiones empresariales, hay técnicas para calcular estos datos mínimos, que suele ser el coste explícito o implícito de financiación. Una persona particular, puede marcar ese mínimo atendiendo a sus rentabilidades pasadas o comparando con otros vehículos de inversión.
Sea como sea, se ha de entender que la TIR no es más que una rentabilidad media esperada, porque se hace en base a una proyección futura, que nunca se sabrá si es real o no hasta que ocurra.
Imagina que una empresa marca que su rentabilidad mínima aceptada es del 7,26% anual, entonces, no aceptaría ningún proyecto de inversión cuya TIR sea inferior a esa cifra.
Por tanto, una TIR es aceptable siempre que supere la rentabilidad exigida por el inversor.
Yendo un poco más allá, la rentabilidad exigida debe ser siempre superior a la tasa libre de riesgo, si no, no tendría sentido realizar una inversión con riesgo.
Cómo se interpreta la TIR de un proyecto
La TIR se interpreta como la rentabilidad esperada media anual de un proyecto de inversión. Es una medida relativa que arroja un porcentaje sobre toda la duración de una inversión.
Cualquier proyecto tiene rentabilidades diferentes a lo largo de los años, es variable, no se mantiene, a menos que se invierta en renta fija y se decida mantener la inversión hasta el vencimiento.
Por ejemplo, si decides invertir en acciones, cada día la rentabilidad fluctúa, incluso en ocasiones esta rentabilidad es negativa, pero lo que calcula la TIR es la rentabilidad media de todo el proyecto.
He usado una palabra adrede, que es rentabilidad esperada, porque cuando evaluamos la rentabilidad de un proyecto futuro, lo que tenemos es una rentabilidad esperada, es decir, no sabemos cuál será la rentabilidad real, sino que es lo que creemos que va a pasar en base a algunas predicciones.
En cambio, cuando evaluamos un proyecto a posteriori, ya tenemos su rentabilidad real, porque sabemos qué ha pasado.
Ahora ya sabes cómo se interpreta la tasa interna de retorno, que no es más que una medida de rentabilidad media anual, que no refleja lo que ha pasado o pasará durante la inversión, sino un resumen final.
Cómo saber si la TIR es rentable
Puede existir confusión entre una TIR rentable y aceptable.
Anteriormente hemos visto que, para aceptar un proyecto, su TIR debe ser mayor a la rentabilidad exigida por el inversor, aunque no hemos entrado a evaluar cómo se calcula esa rentabilidad.
Una TIR es rentable siempre que sea positiva, es decir, mayor que cero.
Cualquier proyecto que tenga una TIR positiva te va a dar beneficios en sí mismo, va a ser rentable, lo cual no quiere decir que sea aceptable, porque puede que no supere el coste de financiación, por lo que la rentabilidad neta sea negativa.
Te lo pongo con un ejemplo.
Imagina que la TIR de un proyecto es del 3%, lo cual quiere decir que vas a obtener un rendimiento positivo, y ese proyecto va a generar más dinero, es decir, es rentable, pero, ¿es aceptable?
Si el coste de financiación fuese el 1%, sí sería aceptable porque 3%>1%, pero si el coste fuese del 5%, no sería aceptable porque 3%<5%.
Es por ello que quería hacer esta distinción, que un proyecto puede ser rentable, pero puede que no se lleve a cabo porque no supera la rentabilidad exigida por el inversor.
De todos modos, la TIR de cualquier proyecto de inversión siempre se puede aumentar, y para ello te dejo este artículo con las 5 estrategias para hacerlo.
Qué pasa si el TIR es mayor que la tasa de descuento
La TIR es la rentabilidad que hace que el VAN sea cero, y para calcular el VAN se aplica una tasa de descuento, que es esa rentabilidad exigida por el inversor, que en ocasiones se conoce como el coste de financiación para el proyecto.
Para conocer la fórmula exacta de la TIR, visita este otro artículo donde te muestro cómo es.
Así que esta respuesta ya la he dado anteriormente, pero quería aclarar el hecho de que la tasa de descuento no es más que la rentabilidad exigida.
Así que, cuando la TIR es mayor que la tasa de descuento, se lleva a cabo el proyecto, puesto que la rentabilidad esperada va a superar a la exigida.
Qué pasa cuando la TIR es igual al costo de oportunidad
Igual que ocurría antes, también se conoce a la rentabilidad exigida como el coste de oportunidad de una inversión.
El coste de oportunidad, es lo que se deja de percibir al tomar una decisión, es decir, imagina que debes decidir si asistir al teatro o al cine, si vas al teatro, tu coste de oportunidad es haber ido al cine.
Esto en finanzas es mucho más sencillo porque se puede cuantificar.
En este caso, el coste de oportunidad de una inversión, es la inversión o inversiones que no se realizan, y sus rentabilidades, o incluso poder invertir ese dinero en otros vehículos de inversión, o qué pasa si no se hace nada.
Al fin y al cabo, este coste de oportunidad se absorbe en la rentabilidad exigida, al igual que el coste de financiación.
No deja de ser un batiburrillo de cosas que se conoce como la tasa de descuento, que no es más que la rentabilidad mínima exigida para compararla con la TIR, espero que este concepto haya quedado claro a estas alturas.
Como decía en el apartado anterior, la TIR es la rentabilidad que hace que el VAN sea cero, es decir, que cuando la TIR es igual al coste de oportunidad, indica que se cubre la rentabilidad mínima exigida, pero nada más.
Pongo un ejemplo, la rentabilidad mínima es del 5%, y la TIR es del 5%, entonces solo se cubre lo esperado, pero nada más.
Entonces, la rentabilidad neta sería del 0%, y, en este caso, hay varias vertientes que indican que sí o no se debe llevar a cabo el proyecto.
Se puede pensar que no vale la pena hacerlo, puesto que la rentabilidad solo cubre los costes, pero, por otro lado, hay que entender que sí se consigue una rentabilidad positiva, y que dentro del proyecto se internalizan beneficios.
Qué pasa si el TIR es muy alto
En realidad, es una buena noticia, porque quiere decir que la rentabilidad ha sido muy alta, o se espera que sea elevada.
Si estás evaluando ya un proyecto finalizado, enhorabuena, si en cambio estás evaluando un proyecto futuro, además de ser una buena predicción, puede que se hayan establecido algunos parámetros de forma incorrecta.
En muchas ocasiones, la TIR puede salir muy alta porque se ha obviado el desembolso inicial, o se ha marcado un desembolso pequeño.
Otro error posible en el cálculo es que se marquen las cifras de los flujos en diferentes medidas, por ejemplo, imagina que los gastos se marcan como 5, pero indican 5 millones de €, mientras que los ingresos sí que pones la cifra completa, 5.000.000.
En definitiva, si el TIR es muy alto, enhorabuena, pero revisa que hayas incluido todo de forma correcta antes de hacer el cálculo.
Para terminar
Calcular la TIR o tasa interna de retorno sirve para conocer la rentabilidad real o esperada de un proyecto, aspecto que sirve para tomar decisiones de inversión y, en su caso, decidir qué proyecto elegir.
Estos son los puntos clave:
- La TIR es una rentabilidad media de interés compuesto sobre todo el proyecto de inversión.
- La TIR de un proyecto pasado representa la rentabilidad real obtenida.
- La TIR de un proyecto futuro es la rentabilidad esperada o estimada sobre proyecciones futuras.
- Para seleccionar un proyecto, su TIR debe ser mayor a la rentabilidad mínima exigida por el inversor.
- A la rentabilidad mínima exigida también se conoce como el coste de oportunidad, el coste de financiación o la tasa de descuento.